Tras cada bostezo
viene siempre un regalo.
Después de comer contigo
quiero que nos comamos.
Yo me sueño con tus pasos,
tú desvelas mi entresijo.
Y arañando la corteza
de esta diminuta araña
descubres que no hay nadie
debajo de las sábanas.
Yo soy tu sábana bajera,
tú eres la funda de mis alas.
Y nos hacemos
mezclando todas las partículas.
Por la rendija de mis labios
dejo escaparse las caricias.
Yo soy tus primaveras,
tú eres el puerto de mi barco
En ti aparcan mis mañanas.
Despierto…
Y empiezo…
A soñar…